martes, 30 de octubre de 2012

Trabalenguas



Los trabalenguas se han hecho 
para destrabar la lengua, 
sin trabas ni mengua alguna y si alguna mengua traba tu lengua, 
con un trabalenguas podrás destrabar tu lengua.


Pata, Peta, Pita y Pota,
cuatro patas, con un pato
y dos patas cada una.
Cuatro patas, cada pata
con dos patas y su pato.
Pota, Pita, Peta y Pata.


Cuando cuentes cuentos,
cuenta cuantos cuentos cuentas,
porque si no cuentas cuantos cuentos cuentas
nunca sabrás cuantos cuentos cuentas tú.



No me mires que nos miran,
nos miran que nos miramos,
miremos que no nos miren
y cuando no nos miren nos miraremos,
porque si nos miramos
descubrir pueden
que nos amamos.


El amor es una locura que solo el cura lo cura,
pero el cura que lo cura comete una gran locura.


                            

Un divertido cuentito

Les brindo un hermoso cuento, espero que les guste y apasione tanto como a mí, que lo disfruten como lo hicieron el grupo de niños con quién yo lo compartí, y que en sus caras se refleje la dulzura que en las de ellos vi...


El garbanzo peligroso:
 Un día un garbanzo peligroso se cayó de la cama. Hizo "kec" y despertó a la pulga que vivía sobre el gato.

  La pulga hizo "bú" y despertó al gato que se colgó de la soga de la campana.
  La campana hizo "clin clon" y despertó a las palomas azules. 
  Las palomas hicieron "rucucú" y despertaron a las gallinas. Las       gallinas hicieron "cloqui" y despertaron a tía Sidonia para que les diera maíz. 
  Tía Sidonia hizo "muaaa" y despertó al ratón que duerme en su zapato.
  Y el ratón tropezó con un garbanzo peligroso que estaba debajo de la cama.
  - Kiii -dijo el ratón, y salió volando a contar a todos que bajo la cama había un garbanzo peligroso que seguramente estaba por explotar como una bomba.
  La pulga del gato, el gato, las palomas, las gallinas y tía Sidonia salieron corriendo de la casa y se sentaron en la vereda de enfrente a esperar que el garbanzo peligroso hiciera buuum. 
  Pero el garbanzo se había dormido debajo de la cama con un sueño chiquito y redondo.
  Como tía Sidonia estaba cansada de esperar, tapándose los oídos, tomó una jaula y una escoba y valientemente fue a cazar al garbanzo peligroso. 
  Y lo cazó. Y lo encerró en la jaula.
  - Un garbanzo peligroso debe ser enterrado - dijo el gato.
  Cavó apuradísimo un pocito y allí fue a parar el pozo con la patas y las palomas con el pico.
  Pero entonces el garbanzo peligroso empezó a cantar como cantan los garbanzos cuando están bajo tierra.Y cantando se puso a brotar y a crecer.
Llenó el patio de hojitas, de ramas que parecían serpentinas, de flores y de vainas llenas de garbanzos peligrosos, redondos, redondos, que ahora sirven a los chicos para contar en la escuela y para jugar a las bolitas.
FIN
Laura Devetach.

Lo último del cuarteto

Este es el último cuentito del cuarteto mágico de la autora Pilar Mateos, espero que lo disfruten mucho, y que se diviertan y rían mucho, dado que es un cuento muy pícaro....

El eco:
 La bruja Mon estaba rabiosa. Llevaba toda la tarde portándose bien. ¡Ya no podía resistirlo más!, necesitaba urgentemente molestar a alguien. Pensó: “Si pasará una niña por aquí, la convertiría en tortuga”. Y miro a lo lejos, por el camino del puente a ver si venía una niña. No venia ninguna.
  La bruja Mon volvió a pensar: “Si pasará un niño por aquí, lo convertiría en elefante”, y miro a lo lejos, por el camino de la montaña, a ver si venia algún niño. No venia ninguno.
  La bruja Mon exclamo: “¡Que rabia!” y siguió andando a la pata coja.
 Cuando llego a la montaña diviso la boca de una cueva. “¡mira que bien!”, se dijo ahí adentro habrá murciélagos. Los convertiré en ballenas y así no habré perdido la tarde. Se asomo por la cueva y vio las peñas húmedas, el techo altísimo, la galería oscura y sin final; pero no encontró ni un solo murciélago.
  “¡Que raro!”, comento la bruja, en las cuevas siempre hay murciélagos. “¡Murciélagos!”, repitió una voz.       “Eso es lo que estoy buscando”, contesto la bruja, distraída, pero no hay ni uno.
  “¡Ni uno!”, afirmo la voz.
  “Es lo que acabo de decir”, dijo la bruja, un poco molesta.
  “¡Es lo que acabo de decir!”, dijo la voz.
  La bruja Mon se puso de mal humor: “¡Yo lo he dicho primero!”, voceó.
  “¡Yo lo he dicho primero!”, insistió la voz.
  La bruja Mon mira al fondo de la cueva para ver quien le hablaba; y, por más que miro y remiro no vio a nadie.
  “¿Dónde te escondes?”, pregunto.
  “¿Dónde te escondes?”, pregunto la voz.
 “¿Dónde te escondes?”, pregunto la voz.
 “¡Yo no me escondo!”, protesto la bruja.
  “¡Yo no me escondo!”, protesto la voz.
  Era una voz antipática y chillona. Y a la bruja Mon le sonaba conocida; como si fuera alguien de la familia.           “¿De quien podría ser?”, me da igual, gruño la bruja. Sea quien sea, lo voy a convertir en un pez.
 Y añadió en voz alta: “¡Sal si te atreves!”.
  “¡Sal si te atreves!”, repitió la voz.
  Y la bruja Mon tuvo la sensación de que se estaba riendo de ella.
  “¿Me estas haciendo burla?”.
  “¡Haciendo burla!”, aseguro la voz.
  La bruja Mon se puso tan furiosa que empezó a darse de coscorrones contra las peñas.
  “¡Voy a convertirte en un pez tonto!”, rugió.
  Y la voz, sin acobardarse le devolvió la amenaza: “¡Voy a convertirte en un pez tonto!”.
  “¿A mi?”, dijo la bruja Mon.
  “¡Y un jamón!”.
  Agito su polvorienta varita y dijo rápidamente, las palabras secretas:
  “TUFA, COTUFA, TRUCALATRUFA. CHIRIS CHIRABO, CHIRIBINABO, MALA, MALICO, MALADAPICO, por una vez que salga un pez”
  ¿Vais a creer lo que sucedió?, la voz repitió exactamente las mismas palabras secretas, sin olvidar ninguna. Y la bruja Mon, por arte de magia, se convirtió en un pez.
  El otro día la vi, dentro de una pecera. ¡Y estaba roja de rabia!.
FIN

martes, 23 de octubre de 2012

Otro cuentito del cuarteto

Este es el tercer cuento del cuarteto mágico de 

Pilar Mateos, espero que les guste tanto como 

a mi, y que lo disfruten mucho!!!


El Reloj:
   La bruja Mon necesitaba un reloj. "Lo quiero sumergible", pensó, "con cronometro y alarma que dé las horas, los días, el mes y el año”. Saco su varita mágica y dijo las palabras secretas. Entonces, delante de la cueva, apareció un reloj de sol. Pero el día estaba nublado, y la bruja Mon no supo si era la hora del desayuno o de la comida; así que preparo la merienda.
  “Mi varita es tan vieja que solo fabrica antigüedades”, le contó a Granjano. Yo quiero un reloj moderno. “Pues quítaselo a un niño”, sugirió el cuervo Granjano.
  La bruja Mon se sentó en el umbral, a esperar que pase un niño. El primero fue un hermano mayor, de ojos alegres. Y su reloj era sumergible. La bruja Mon lo vio “Dame tu reloj”, le dijo. El hermano mayor sonrió alegremente: “Yo te lo daría”, respondió. "Pero detrás viene mi hermano mediano, que tiene un reloj mucho mejor que el mio".
  El hermano mediano era de expresión bondadosa. Y su reloj tenía cronometro. La bruja Mon se fijo muy bien. “Dame tu reloj”, le dijo. El hermano mediano sonrió bondadosamente: “yo te lo daría” respondió, "pero detrás viene mi hermano pequeño, que tiene un reloj mucho mejor que el mío".
  El hermano pequeño tenia una carita burlona y su reloj emitía tres alarmas diferentes. La bruja Mon las oyó “dame tu reloj”, le dijo, El hermano pequeño sonrió burlonamente: “yo te lo daría”, respondió. "Pero allí esta la torre de la catedral, que tiene un reloj mucho mejor que el mió".
  La bruja se empino sobre el palo de su escoba y vio la torre de la catedral. “Dame tu reloj”, le dijo. Y el reloj de la catedral llegó volando por los aires, con gran estrépito. Rompió la puerta de la cueva, aplasto la librería y derribo todos los muebles. ¡Era un reloj descomunal!, la bruja Mon se quedo mirándolo con cara de tonta. De pronto, un ruido atronador le puso los pelos de punta: el reloj iba a dar las tres, y a cada campanada, temblaba el suelo de la cueva, y las paredes parecía venirse abajo.
  La bruja Mon salio huyendo despavorida, tapándose las orejas con las manos. Esa noche tuvo que dormir en la torre de la catedral.


Fin

martes, 16 de octubre de 2012

Más del cuarteto mágico..


La bruja Mon: La apuesta

   La bruja Mon hizo una apuesta con su amiga Piruja: -¿Te apuesto a que hago cincuenta juegos de magia?-.
  -¿Te apuesto a que no?-, dijo la bruja Piruja. -¿Te apuesto a que sí?-, le dijo la bruja Mon. Pero no se apostaron ninguna cosa. 
  La bruja Mon se fue por el camino. Estaba de muy buen humor. El primer árbol que se encontró lo convirtió en piedra. A la primera piedra que se encontró la convirtió en un árbol. Enseguida descubrió una rosa y la convirtió en una margarita. A continuación descubrió una margarita y la convirtió en una rosa. 
  Después vio a una niña que se estaba cayendo por un barranco, y la transformo en pájaro azul, eso salvo a la niña en vez de estrellarse en el suelo, la niña agito sus alas azules y levanto el vuelo, cantando. 
  Más tarde la bruja Mon saludo a una viejecita que llevaba en una mano una botella de vino, y en la otra una botella de leche. La bruja Mon, con una sonrisa malvada, convirtió el vino en leche y la leche en vino; y la viejecita ni noto el cambio. Por allí cerca había un burro y lo transformo en un cordero. 
  Y un prado, mas allá, había un cordero. La bruja Mon lo transformo en un burro. Al perro negro del cazador, lo convirtió en un gato blanco. Al gato blanco del cazador, lo convirtió en un perro negro. 
  Luego diviso un pájaro azul posado en una rama; parecía un poco asustado, como si no le gustará ser pájaro. La bruja Mon lo convirtió en una niña. Y así siguió hasta que hizo sus cincuenta juegos de magia. 
  Entonces fue a avisar a su amiga Pirula. “Ya están” le dijo. 
  “A verlos”, la bruja Pirula miro al camino, y vio que todas las cosas estaban igual de costumbre. Había árboles y piedras, margaritas, rosas, corderos y burros. Vio a la viejecita, que llevaba, como todos los días, su botella de leche y su botella de vino. Vio a la niña, que volvía a su casa, tan contenta, como todos los días a la misma hora. Y vio al cazador que se marchaba de caza, como todos los días, con su perro y su gato blanco. 
  -Pues no lo entiendo-, dijo la bruja Mon… -¡Si yo lo he cambiado todo…!- 
  “Has perdido la apuesta”, dijo la bruja Pirula.
                          Fin.
Pilar Mateos.

Cuarteto encantado


A lo largo de mis siguientes publicaciones, les voy a  compartir unas hermosas historias de la autora Pilar Mateos, sobre una peculiar brujita.... 

La Bruja Mon:La Rana

  La bruja Mon entro en una tienda de videos. Se quedo embobada contemplando en una pantalla un número musical. Hasta que una niña le dio un pisotón sin querer.
¡Huy perdone!... murmuro la niña.
  La bruja Mon se puso hecha una fiera. ¡Ahora mismo te convierto en una rana!. Saco su vieja varita y le dijo las palabras mágicas: TUFA, COTUFA, TRUCALATRUFA. CHIRIS CHIRABO, CHIRIBINABO, MALADAPICO. Hoy tengo gana de hacer la rana.
 Al momento, la niña se transformo en una rana y empezó a croar escandalosamente.
  El policía que estaba vigilando la tienda se acercó a ver lo que pasaba.
  Aquí no está permitida la presencia de ranas, le dijo a la bruja Mon, ¡Tendrá que pagar una multa!
  ¡Y un jamón!, le dijo la bruja Mon.
  El policía se puso tan serio que la bruja Mon se asusto. Saco sus ahorros de trescientos años, contó las monedas, pago la multa y salio de la tienda a todo correr.
  La rana la perseguía a grandes saltos. La alcanzo enseguida y se monto sobre su zapato derecho.
  ¡OS, OS!, hacia la bruja para espantarla. Y la rana que no se iba…
  Con que, en esto, llego un guardia y le dijo: “Esta rana no tiene collar”. “Esta prohibido que los animales circulen sin collar. ¡Tendrá que pagar una multa!”.
  ¡Y un jamón!... dijo la bruja Mon.
  El guardia se puso muy serio y la bruja Mon se asustó. Saco sus ahorros de trescientos años, pago la multa y salio corriendo.
  De un brinco se subió a un autobús en marcha. Y la rana con ella. El conductor dijo: “Está prohibido llevar ranas en los transportes públicos”. “Tendrá que pagar una multa”.
  La bruja Mon se hizo la despistada. ¿Qué rana?, preguntaba. Y murmuro escondidas las palabras mágicas, y la rana recupero su forma de niña.
¿Ve usted como no había ninguna rana?, le decía la bruja al conductor.
  “En este caso tendrá que pagar el billete de la niña”. ¡Y un jamón!, le dijo la bruja Mon. Y se tiro del bus en marcha.
  Ya hace mucho tiempo que la bruja Mon no convierte a las niñas en ranas.
                        Fin.





martes, 9 de octubre de 2012

HERMOSAS PALABRAS

Les dejo un hermoso regalo, los invito a entrar y a disfrutar de estas maravillosas palabras de una gran autora....

http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/laura-devetach-hay-que-aliment.php

Manuelita



Manuelita vivía en Pehuajó 
pero un día se marchó. 
Nadie supo bien por qué 
a París ella se fue 
un poquito caminando 
y otro poquitito a pie.

Manuelita, Manuelita, 
Manuelita dónde vas 
con tu traje de malaquita 
y tu paso tan audaz.

Manuelita una vez se enamoró 
de un tortugo que pasó. 
Dijo: ¿Qué podré yo hacer? 
Vieja no me va a querer, 
en Europa y con paciencia 
me podrán embellecer.

En la tintorería de París 
la pintaron con barniz. 
La plancharon en francés 
del derecho y del revés. 
Le pusieron peluquita 
y botines en los pies.

Tantos años tardó en cruzar el mar 
que allí se volvió a arrugar 
y por eso regresó 
vieja como se marchó 
a buscar a su tortugo 
que la espera en Pehuajó. 





María Elena Walsh

Canción para tomar el té

Estamos invitados a tomar el té, 
la tetera es de porcelana 
pero no se ve, 
yo no se por qué. 

La leche tiene frío 
y la abrigaré, 
le pondré un sobretodo mío 
largo hasta los pies, 
yo no sé por qué. 

Cuidado cuando beban, 
se les va a caer 
la nariz dentro de la taza 
y eso no está bien, 
yo no sé por qué. 

Detrás de una tostada 
se escondió la miel, 
la manteca muy enojada 
la retó en inglés, 
yo no sé por qué. 

Mañana se lo llevan preso 
a un coronel 
por pinchar a la mermelada 
con un alfiler, 
yo no sé por qué. 

Parece que el azúcar 
siempre negra fue 
y de un susto se puso blanca 
tal como la ven, 
yo no sé por qué. 

Un plato timorato 
se casó anteayer, 
a su esposa la cafetera 
la trata de usted, 
yo no sé por qué. 

Los pobres coladores 
tienen mucha sed 
porque el agua se les escapa 
cada dos por tres, 
yo no sé por qué.


miércoles, 3 de octubre de 2012

Un regalito...

Para comenzar con este recorrido de sueños y fantasías les dejo un hermoso cuento llamado "Pelos" de Ema Wolf...

PELOS
  –Oh, madre! ¡Me ha salido un pelo! –dijo un pequeño surubí. En efecto, una mañana de junio de mil novecientos y pico un jovencísimo surubí que nadaba como todos los días en el Río de la Plata se descubrió un pelo en la cabeza. La madre se sorprendió bastante porque –ya se sabe– los peces no tienen pelos.Pero, como hacen todas las madres, enseguida lo mandó a peinarse y listo.  
  Así empezó la mayor rareza de la historia peluda y acuática. Porque ese pelo era apenas el principio de muchos otros pelos que vendrían. Y no solo para el surubí, sino para todos los demás peces del río. La causa era bien simple. El marinero de un remolcador había volcado en el agua, por accidente, un frasco detónico capilar.El pobre ni se imaginó las novedades que eso iba a producir en el fondo del río. 
  A los sábalos les salió una melena con rulos. A los dorados, una cabellera larga y lacia.Los patíes y los pejerreyes empezaron a peinarse con flequillo.Al principio se sentían raros con la nueva facha, pero después todo el mundo estaba encantado con sus pelos.Las hijas más chicas de una familia de dientudos salían de paseo con trenzas.Las palometas y las viejas se hicieron la permanente.Nadie hablaba de otra cosa.–¡Que bien te queda el brushing, Ernestina! –le decía una boga a su amiga–. Yo hoy tengo el pelo horrible con tanta humedad.Y también:–¡Papá, quedé ciego!–No, nene. Es el pelo que no te deja ver –protestaba el pacú-Ñata–;¿a este chico lo dejan entrar así a la escuela?  
  En cada esquina había una peluquería.Y en cada peluquería los peces se ondulaban, se alisaban, se cortaban, se estiraban, se teñían, se afeitaban, todo mientras leían revistas.Entre los juncos crecieron grandes fábricas de peines, peinetas y gorras de baño; de champúes y fijadores; de vinchas, hebillas y secadores de pelos.
  Pero nada dura en esta vida...Y un día todo terminó como había empezado.Una señora que volvía del Delta en una lancha colectivo dejó caer en el agua un frasco de crema para depilarse. Destapado, el frasco.Y ahí fue cuando los hermosos pelos empezaron a desprenderse de las cabezas.Primero vinieron las calvicies y poco a poco avanzó la peladez. El disgusto de los peces fue enorme. Era lógico: habituados ya a sus melenas, se veían feos sin ellas.Y no había peluca que parara semejante desastre.Muchos, para disimular, se raparon la cabeza y se hicieron punkies o cantantes de rock pesado.El único que conservó restos de la era pelosa fue el bagre, que aún hoy tiene bigotes.
  Así, los peces volvieron a ser lo que han sido siempre: calvos como huevos.Pero todavía hoy sigue n sin entender qué les pasó y por qué los pelos son cosas que aparecen y desaparecen tan locamente.Por eso, para evitarles problemas, es mejor no tirar cosas raras al río.
 Ema Wolf. Buenos Aires, Colihue, 1989.

LA HISTORIA SIN FIN


La historia sin fin..
  Leer vale la pena... Convertirse en lector vale la pena... Lectura a lectura,  dicho lector  (todo lector, cualquiera sea su edad, su condición, su circunstancia…) se va volviendo más astuto en la búsqueda de indicios, más libre en pensamiento, más ágil en puntos de vista, más ancho en horizontes. Dueño de un universo de significaciones más rico, más resistente y de tramas más sutiles. Lectura a lectura, el que lee va construyendo su lugar en el mundo.

  La historia del lector,  comienza  precozmente, cuando no es dueño todavía de la palabra (no digamos ya de la letra), es una historia sin fin. Ni se inicia en la alfabetización, ni termina en tercer grado, ni en séptimo, ni en la universidad. La historia de un lector se confunde con su vida. Siempre se
estará “aprendiendo a leer”. Y siempre quedarán lecturas por hacer, tapiz por tejer y destejer. También puede haber, de tanto en tanto, algún otro “maestro”, como el de la sociedad del aula, que nos dé espacio, tiempo y compañía, nos insufle confianza y nos deje leer. Graciela Montes.

Los invito a ser parte de un mundo de fantasías, ilusiones y diversión, los invito a soñar y a imaginar otros mundos y realidades... ¡Bienvenidos!