martes, 16 de octubre de 2012

Más del cuarteto mágico..


La bruja Mon: La apuesta

   La bruja Mon hizo una apuesta con su amiga Piruja: -¿Te apuesto a que hago cincuenta juegos de magia?-.
  -¿Te apuesto a que no?-, dijo la bruja Piruja. -¿Te apuesto a que sí?-, le dijo la bruja Mon. Pero no se apostaron ninguna cosa. 
  La bruja Mon se fue por el camino. Estaba de muy buen humor. El primer árbol que se encontró lo convirtió en piedra. A la primera piedra que se encontró la convirtió en un árbol. Enseguida descubrió una rosa y la convirtió en una margarita. A continuación descubrió una margarita y la convirtió en una rosa. 
  Después vio a una niña que se estaba cayendo por un barranco, y la transformo en pájaro azul, eso salvo a la niña en vez de estrellarse en el suelo, la niña agito sus alas azules y levanto el vuelo, cantando. 
  Más tarde la bruja Mon saludo a una viejecita que llevaba en una mano una botella de vino, y en la otra una botella de leche. La bruja Mon, con una sonrisa malvada, convirtió el vino en leche y la leche en vino; y la viejecita ni noto el cambio. Por allí cerca había un burro y lo transformo en un cordero. 
  Y un prado, mas allá, había un cordero. La bruja Mon lo transformo en un burro. Al perro negro del cazador, lo convirtió en un gato blanco. Al gato blanco del cazador, lo convirtió en un perro negro. 
  Luego diviso un pájaro azul posado en una rama; parecía un poco asustado, como si no le gustará ser pájaro. La bruja Mon lo convirtió en una niña. Y así siguió hasta que hizo sus cincuenta juegos de magia. 
  Entonces fue a avisar a su amiga Pirula. “Ya están” le dijo. 
  “A verlos”, la bruja Pirula miro al camino, y vio que todas las cosas estaban igual de costumbre. Había árboles y piedras, margaritas, rosas, corderos y burros. Vio a la viejecita, que llevaba, como todos los días, su botella de leche y su botella de vino. Vio a la niña, que volvía a su casa, tan contenta, como todos los días a la misma hora. Y vio al cazador que se marchaba de caza, como todos los días, con su perro y su gato blanco. 
  -Pues no lo entiendo-, dijo la bruja Mon… -¡Si yo lo he cambiado todo…!- 
  “Has perdido la apuesta”, dijo la bruja Pirula.
                          Fin.
Pilar Mateos.

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