martes, 9 de octubre de 2012

Manuelita



Manuelita vivía en Pehuajó 
pero un día se marchó. 
Nadie supo bien por qué 
a París ella se fue 
un poquito caminando 
y otro poquitito a pie.

Manuelita, Manuelita, 
Manuelita dónde vas 
con tu traje de malaquita 
y tu paso tan audaz.

Manuelita una vez se enamoró 
de un tortugo que pasó. 
Dijo: ¿Qué podré yo hacer? 
Vieja no me va a querer, 
en Europa y con paciencia 
me podrán embellecer.

En la tintorería de París 
la pintaron con barniz. 
La plancharon en francés 
del derecho y del revés. 
Le pusieron peluquita 
y botines en los pies.

Tantos años tardó en cruzar el mar 
que allí se volvió a arrugar 
y por eso regresó 
vieja como se marchó 
a buscar a su tortugo 
que la espera en Pehuajó. 





María Elena Walsh

2 comentarios: